sábado, 4 de mayo de 2013




“… Aún no se veía la superficie de la tierra sino que sólo estaba el mar represado, y sólo el vacío del cielo…en ese momento no había hombres, animales, pájaros, peses, cangrejos, árboles, piedras, hondonadas, barrancos ni siquiera pajas, ni yerbas, sino sólo estaba el vacío infinito del cielo... Y en un 
instante empezaron a brotar los cipreses y los pinos en toda la superficie de la Tierra... Así quedará todo y se podrá sembrar en el cielo y la tierra, y de esa manera las criaturas que nazcan no tendrán obstáculos, ni existirán éstos cuando nazcan los hombres…” 

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